martes, 22 de abril de 2008

LA LEY DEL MAS FUERTE




El Comercio 22 de abril del 2008

Médico acusado de violación tres veces sigue trabajando en hospital del Estado
0:26 Una de las víctimas es una menor de edad. En el 2000 fue denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
A pesar de haber sido acusado tres veces de haber violado a igual número de mujeres, una de ellas menor de edad, el médico Gerardo Armando Salmón Horna continúa trabajando como si nada hubiera pasado en el hospital estatal Carlos Monge Medrano de Juliaca (Puno).
Un informe del programa "Prensa libre" señaló que el primer caso de violación fue denunciado en 1996 cuando Salmón Horna abordó a una joven dentro del nosocomio y con engaños la llevó a un hotel donde "funcionaba su consultorio", según contó la abogada de las víctimas Patricia Sarmiento.
Sin embargo, el médico salió bien librado de este caso pues la Sala Superior Penal del distrito Judicial de Puno resolvió en primera instancia absolver al acusado. Debido a ello, varias instituciones se interesaron por el caso y lo presentaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos donde se llegó a un acuerdo amistoso con el Estado Peruano, que manifestó su intención de contribuir en la solución del caso y prevenir otros similares.
Sin embargo, en el año 2001, una joven de 23 años denunció por violación a Salmón Horna, quien una vez más fue absuelto por el Poder Judicial que argumentó falta de pruebas.
Tras estos casos, el mal galeno fue expulsado definitivamente por el Colegio Médico del Perú, pero a pesar de ello, Salmón Horna continuó trabajando en el mencionado hospital donde poco después volvió a abordar a una joven, esta vez una menor edad, a quien violó en un hotel a donde también llevó con engaños।

Situaciones como esta nos hacen pensar si la ley existe realmente y si los órganos de control tanto del Gobierno como de las propias instituciones a donde pertenecen individuos de esta calaña cumplen el rol para el cual fueron creadas , me imagino que los médicos honestos que los hay deben sentirse avergonzados como también los jueces y demás autoridades, claro está que solo los honorables que lamentablemente diera la impresión que son los menos.

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